En
los siglos XVII y XVIII comenzaron los primeros intentos de los
científicos por estudiar el medio marino, pero los resultados fueron muy
pocos. La mejora importante tuvo lugar en el siglo XIX que con los
avances tecnológicos tuvo lugar por primera vez la exploración
sistemática del medio marino. Una contribución importante al desarrollo
de la tecnología para la geología marina vino dado con el avance de las
comunicaciones telegráficas que permite una exploración progresiva de
los medios marinos profundos.
La
capacidad de medición y obtención de datos constituye el primer paso en
cualquier investigación científica. En Geología Marina la
disponibilidad de barcos resulta imprescindible, ya que representan el
laboratorio flotante donde se instalan las diferentes técnicas de
medición y obtención de datos, que posteriormente serán analizadas en
detalle e interpretadas mediante otras técnicas de laboratorio y de puesta en común.